Mi tesoro de Vietnam
En un pueblecito de Cataluña había una familia, un padre, una madre, un hermano y dos hermanas. La hermana más grande y su marido Vicente querían adoptar un-a niño-a, tuvieron que esperar mucho tiempo para que abriesen Vietnam porque como había cambiado de presidente, el nuevo presidente se tenía que poner al corriente de todo. Entonces Mari por su trabajo averiguó que ya habían abierto y Vicente ya pudo poner los papeles en el buzón. Toda la familia se alegró muchísimo, por fin dieron el primer paso para poder ir a buscar a su niño-a.
Les enviaron una carta en la que decía que al cabo de un mes podían ir a hablar con las psicólogas ya les habían dado la hora de la cita. El día que fueron les toco una señora muy simpática, les pregunto muchas cosas y al final empezaron a hacer clases de pre-adopción.
Y llegó el día que fueron a buscar a la pequeña María, que era muy pequeña, tenía 4 meses. Era muy movida, tenia miedo y lloraba. La llevaron al hotel después de firmar un montón de cosas y la pequeña María, no dejaba de llorar, pero al día siguiente se levantó con una sonrisa en la cara. Era tan grande el vínculo que hizo con sus padres que la pequeña no quería que la dejasen de abrazar fuerte, muy fuerte.
En el avión la pequeña, se durmió como un tronco, por fin Mari y Vicente se pudieron llevar a la María a casa. Los padres de Mari, el hermano y la hermana y los padres de Vicente y el hermano decían que era muy bonita y muy graciosa. María fue creciendo y a los tres años empezó el cole, le encantaba jugar con los otros niños y hacía dibujos, jugaba, cantaba canciones y les explicaban cuentos.
Por siempre jamás María se quedó en aquel pequeño pueblo de Cataluña.
FIN
1 comentario:
oooh Melisa que chula,me ha gustado mucho tu redaccion,esperamos que pronto se cumpla lo que has escrito y podamos empezar a querer a el nuevo miembro de la familia.Un beso de la prima Raquel.Y suerte en las entrevistas para Mari y Vicente un abrazo.
Publicar un comentario